Detrás del telón de una publicación científica

Publicar suele ser una de las metas más épicas que nos ponemos cuando somos estudiantes (principalmente de último año de grado o de máster), y es que todos empezamos a soñar con el momento en el que abriremos una revista y vemos nuestro nombre impreso por primera vez.

Hoy he cruzado esa línea, y puedo admitir que el sentimiento es mucho más bonito de lo que me esperaba. No tiene que ver con el hedonismo ni nada parecido, sino con la emoción de haber contribuido a la ciencia y al conocimiento con mi granito minúsculo de arena. Por otra parte, como parte del «bautismo» editorial se abre la veda a que toda la comunidad científica pueda criticar mi trabajo, encontrarle fallos y un sinfín de cosas más. Este sentimiento me asusta un poco y me recuerda que para evitarme malos momentos lo mejor siempre es (y esto es un consejo gratis para los que me leéis): ir siempre con el trabajo bien hecho, humildad y sobre todo, mucha sensatez a la hora de presentar resultados.

En esta entrada os quería contar el proceso que he seguido hasta llegar a la versión publicada, aunque en la red hay mucha más información por si queréis profundizar en ello.

El primer paso para plantearte publicar algo, obviamente, es tener algo interesante y novedoso que contar. Este paso ya lo tendrías dado si es que estás desarrollando algún trabajo de investigación. Mi consejo en esta parte es que seas riguroso con lo que hagas y que sigas siempre la misma metodología para todo, ya que de esta manera es más complicado que tengas fallos en la toma de muestras y los resultados puedan ser fiables.

Una vez tengas tu investigación completa, hayas llegado a conclusiones interesantes y sientas que tiene sentido compartirlo con el resto del mundo, tienes que revisar tu texto. En todos los trabajos universitarios hay una parte metodológica que no se incluye en los artículos, o en el mismo tratas varios aspectos que apoyan tu discurso. Bien, tienes que preparar otro documento en donde decidas qué es lo más importante y seas capaz de contarlo en 10-15 páginas. A la par que este paso, puedes ir buscando las revistas donde podrías enviar tu artículo, ya que cada una tiene calls for articles que varían unas de otras y sus propios libros de estilo.

En este punto todos pensamos «pero, ¿cómo voy a reducir un trabajo de ciento y pico páginas a sólo 10?«. Bueno, la respuesta es bien sencilla: resumiendo. A todos nos han enseñado a escribir para «llegar al mínimo de hojas» o a «desarrollar más una idea» que nos perdemos a la hora de contar lo simple y concreto con pocas palabras. Aunque conozco personas a las que se les da muy bien escribir resumido, somos muchos a los que nos cuesta soltar palabras. La parte buena de esto es que si partes de un trabajo académico del tipo Trabajo de Fin de Máster o Trabajo de Fin de Grado, lo único que realmente tienes que hacer es recortar.

La estructura que tiene que seguir siempre es título, resumen, palabras clave, cuerpo del artículo y conclusiones. Asegúrate de que eliges un título llamativo que resuma tu trabajo. En cuanto a las citas y la bibliografía, dependerán de cada revista. Asegúrate de enumerar todas las figuras, gráficos y tablas del texto y refiérete a ellas con su numeración correspondiente para no confundir a tu futuro lector.

Una vez que te hayas quedado a gusto con lo que lees y tu documento se adapte a las normas de la revista que has elegido, envíala. Como dicen por aquí «el no ya lo tienes«, que quiere decir que no pierdes nada por intentarlo. En este punto, todas las revistas que se precien y sean rigurosas, evaluarían tu artículo con un sistema llamado peer review o revisión por pares. Esto consiste en que dos o más especialistas en tu área de conocimiento revisarán tu trabajo y emitirán una evaluación que puede ser: publicable, publicable con modificaciones o no publicable. No desesperes si han pasado varios meses desde que has enviado tu trabajo y no has recibido respuesta, ese proceso puede alargarse bastante en el tiempo, aunque nunca está de más enviar algún mail luego de 4-5 meses esperando para saber cómo va la evaluación.

En el caso de tener que incluir modificaciones, como fue mi caso, te darán un plazo para enviarles el texto corregido. Llegado a este punto, tu artículo está admitido condicionalmente hasta que les envíes las correcciones, así que ¡enhorabuena!. El siguiente paso es la prueba de imprenta y luego ya la publicación en el formato que sea. Mi recomendación es que te crees una cuenta en ORCID y proporciones siempre tu identificador para que toda tu producción científica pueda ser localizable.

Otro consejo es que te crees perfiles en los portales académicos Academia.edu o ResearchGate, ya que de esta manera, tu trabajo puede llegar a más gente en todo el mundo. Tengo planeado escribir un post tanto sobre los perfiles académicos como los buscadores y bases de datos útiles para la investigación en humanidades, así que stay tunned!

Y tu, ¿has publicado ya o estás pensando en publicar? Cuéntamelo en este post o en las redes sociales. ¡Hasta otra!

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